Abriéndose al Espíritu
Hemos remarcado cuatro etapas en
la transición de la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el
corazón:
- Estar insatisfechos de lo que la conciencia basada en el ego tiene para ofrecerles, anhelar ‘algo más’: el comienzo del final.
- Comenzar a ser conscientes de sus ataduras a la conciencia basada en el ego, reconocer y liberar las emociones y pensamientos que van con ella: la mitad del final.
- Permitir que mueran dentro de ustedes las viejas energías basadas en el ego, eliminando el capullo, siendo su nuevo ser: el final del final.
- El despertar dentro de ustedes de la conciencia basada en el corazón, motivada por amor y libertad; ayudar a otros a hacer la transición.
En sus tradiciones (esotéricas),
se hace una distinción entre espíritu, alma y cuerpo. El cuerpo es la morada
física del alma por una cantidad de tiempo limitado. El alma es el ancla no
física, psicológica de la experiencia. Ésta lleva la experiencia de muchos
tiempos de vida. El alma se desarrolla a través del tiempo y lentamente llega a
ser una piedra de belleza de muchas caras, cada cara reflejando un tipo
diferente de experiencia y el conocimiento basado en ella. El espíritu no
cambia ni crece con el tiempo.
El espíritu está fuera del
espacio y del tiempo. El espíritu en ustedes es la parte de ustedes eterna, sin
tiempo que es Uno con el Dios que los creó a ustedes. Es la divina conciencia
que es la base de su expresión en el espacio y el tiempo. Ustedes nacieron
desde un reino de pura conciencia, y ustedes tomaron parte de esa conciencia
para ustedes a través de todas sus manifestaciones en forma material. El alma
forma parte de la dualidad. Ella es afectada y transformada por su experiencia
en la dualidad. El espíritu está fuera de la dualidad. Es el fondo sobre el
cual todo se desarrolla y evoluciona. Es el Alfa y Omega, al cual ustedes
pueden simplemente llamar Ser, o Fuente.
El Silencio, externo pero
esencialmente interior, es la mejor entrada para experimentar esta energía
siempre presente, la cual es Ustedes en sus núcleos más profundos. En silencio,
ustedes pueden entrar en contacto con la cosa más milagrosa y manifiesta que
existe: Espíritu, Dios, Fuente, Ser. El alma lleva las memorias de muchas
encarnaciones. Ella sabe y comprende mucho más que su personalidad terrestre.
El alma está conectada a fuentes de conocimiento extra sensoriales, tales como
sus personalidades de vidas pasadas y guías o conocimientos en el plano astral.
A pesar de esta conexión, el alma puede estar en un estado de confusión,
ignorante de su verdadera naturaleza. El alma puede estar traumatizada por
ciertas experiencias y por lo tanto puede permanecer en un lugar de oscuridad
por algún tiempo. El alma está continuamente evolucionando y ganando
conocimiento de la dualidad inherente a la vida en la tierra.
El espíritu es el punto
inamovible dentro de este desarrollo. El alma puede estar en un estado de
oscuridad o iluminación. No así el espíritu. El espíritu es puro Ser, pura
conciencia. Está tanto en la Oscuridad como en la Luz. Es la Unidad sujetando
toda la dualidad. Cuando ustedes han llegado a la etapa cuatro de la
transformación del ego al corazón, se conectan con el Espíritu. Ustedes se conectan
con su Divinidad. Estar conectado con Dios dentro de ustedes es como estar
fuera de la dualidad mientras se está completamente presente y centrado. En
este estado, su conciencia está llena de un éxtasis profundo pero tranquilo;
una mezcla de paz y alegría.
Ustedes se dan cuenta de que no
son dependientes de nada que esté fuera de ustedes. Ustedes son libres. Están
completamente en el mundo pero no son del mundo. Estar conectado con el
espíritu dentro de ustedes no es algo que ocurre definitivamente. Es un proceso
lento y gradual, en el cual ustedes se conectan, se desconectan, se vuelven a
conectar... Gradualmente, el foco de su conciencia se mueve de la dualidad a la
unidad. Se re orienta a sí misma, descubriendo que eventualmente, es conducida
al silencio más que a los pensamientos y las emociones. Por silencio queremos
decir: estar completamente centrado y presente, en un estado de conciencia no
juiciosa.
No hay métodos establecidos o
maneras para llegar a eso. La llave para conectarse con su Espíritu no es
seguir alguna disciplina (como meditación, o ayuno), sino realmente comprender.
Comprender que es el silencio lo que los lleva a casa, no sus pensamientos o
emociones. Esta comprensión crece lentamente, a medida de que son cada vez más conscientes
del mecanismo de sus pensamientos y sentimientos. Ustedes liberan viejos
hábitos y se abren a la nueva realidad de la conciencia basada en el corazón. La
conciencia basada en el ego dentro de ustedes se marchita y lentamente muere.
Morirse no es algo que ustedes
hagan; es algo que ustedes permiten que suceda. Ustedes se entregan a sí mismos
al proceso de morirse. La muerte es otra palabra para el cambio, transformación.
Esto es siempre así. La muerte siempre es una liberación de lo viejo y una
apertura a lo nuevo. Dentro de este proceso, no existe un solo momento en el
cual ustedes ‘no son’, por ejemplo, en el cual ustedes estén muertos
considerando su definición. La muerte como ustedes la definen es una ilusión.
Es sólo su miedo al cambio lo que provoca su miedo a la muerte.
Durante su tiempo de vida,
ustedes tienen miedo no solo de su muerte física, sino también de morir
emocionalmente y mentalmente. Pero sin la muerte, las cosas se volverían fijas
y rígidas. Ustedes pasarían a estar cautivos en viejas formas: un cuerpo
gastado, formas de pensamiento anticuadas, reacciones emocionales limitadas.
¿No es esto sofocante? La muerte es un liberador. La muerte es una cascada de
agua fresca que abre por la fuerza portones viejos y herrumbrados y los impulsa
a ustedes a nuevas áreas de experiencia. No le teman a la muerte. No hay
muerte, solo cambio.
El pasaje desde la conciencia del
ego a una vida centrada en el corazón es en cierto modo una experiencia de
muerte. Cuanto más se identifican a ustedes mismos con el Espíritu, con el dios
dentro de ustedes, liberan más cosas por las cuales solían preocuparse o en las
cuales ponían muchísima energía. Ustedes se dan cuenta, en niveles más y más
profundos, que no hay realmente nada que hacer, excepto ser. Cuando ustedes se
identifican con su ser, en lugar de identificarse con pensamientos y emociones
efímeros que pasan a través de ustedes, su vida se ve afectada inmediatamente.
El Espíritu no es algo abstracto. Es una realidad que ustedes realmente pueden
traer a su vida. Estar en contacto con la fuente más pura eventualmente cambiará
todo en su vida. Dios o la Fuente o el Espíritu es creativa por naturaleza,
pero de maneras que son casi incomprensibles para ustedes.
El Espíritu es silencioso y
perenne y aún creativo. La realidad de lo Divino realmente no pude ser captada
por la mente. Solo puede ser sentida. Si ustedes lo aceptan dentro de su vida,
y lo reconocen como los susurros de su corazón, lentamente todo comienza a
colocarse en su lugar. Cuando están sintonizados con la realidad del espíritu,
con la conciencia silenciosa que está detrás de todas sus experiencias, ustedes
dejan de empujar o forzar sus deseos sobre la realidad. Ustedes permiten que
las cosas retrocedan a su estado natural de ser. Ustedes se vuelven su Ser
verdadero, natural. Todo esto sucede de manera armoniosa, significativa.
Ustedes experimentan que las cosas se juntan de un modo que tiene un ritmo
natural, un flujo natural. Todo lo que tienen que hacer es estar sintonizado
con este ritmo divino, y soltar el miedo y las malas interpretaciones que hacen
que ustedes quieran intervenir.
Ayudando a otros desde el nivel del Espíritu
Cuando ustedes han hecho la transición
desde la conciencia basada en el ego a la conciencia basada en el corazón,
están más o menos continuamente en contacto con el flujo divino del ser
interior. En este estado, no hay necesidad o deseo de ayudar a otros, pero éste
naturalmente viene a ustedes. Ustedes lo dirigen hacia ustedes, pero no a
través del deseo. Energéticamente, ahora ustedes están emitiendo ciertas
vibraciones. Algo está presente en su campo de energía que conduce a las
personas hacia ustedes. No es algo que ustedes hagan, sino algo que ustedes
son. Hay una vibración disponible en su energía, que puede ayudarlos a ellos a
entrar en contacto con su propio Ser divino.
Ustedes pueden ser un espejo para
ellos, en el cual ellos pueden ver que un problema o condición dificultosa es
realmente liberada y transformada en la energía de la solución. Ellos pueden
sentir la energía de la solución (la cual siempre está basada en el contacto
con la propia divinidad) en su ser. Ustedes son capaces de enseñarles
algo a ellos, y la enseñanza tiene lugar al ser ustedes mismos. No es por medio
de transmitir conocimientos o usando ciertos métodos que ustedes enseñan y
sanan. Es permitiéndose a ustedes mismos ser exactamente quienes son y
expresándose ustedes mismos de la manera que encuentren más alegre, como su
presencia se vuelve verdaderamente útil. Es compartiéndose a ustedes mismos con
otros, como ustedes crean un espacio disponible de sanación para ellos, al cual
ellos pueden elegir entrar o no. Esto es tarea de ellos.
Como sanadores o terapeutas,
ustedes realmente sólo tienen que mantenerse en contacto con el flujo divino
interior, con la conciencia silenciosa que es el Espíritu. Realmente es esta
conexión lo que mueve a las personas y los eleva a un estado de conciencia más
elevado, más libre, si ellos así lo eligen. Si lo hacen, sucederá con un ritmo
y flujo propio. Estar ahí para otros de este modo tiene un tono de sentimiento
muy neutral. Representa un nivel de objetividad, en el cual ustedes liberan su
deseo personal de cambiar o ‘curar’ a otros.
Este deseo, desarrollado por
todos los trabajadores de la luz en alguna etapa, no surge de una verdadera
comprensión del camino interior que las personas quieren transitar para
encontrar su propia verdad interior. La mayoría de las personas necesitan llegar
hasta el fondo de ciertos problemas antes de que estén verdaderamente listos
para liberarlos. Cuando ellos lo hacen así, realmente ‘hacen propia’ la
solución del problema y esto les da una profunda satisfacción. Tal vez ustedes
reconozcan esto en sus propias vidas y en los problemas con los cuales
lucharon. Por favor sean conscientes de esto y no luchen para mantener a las
personas fuera de ‘llegar hasta el fondo’. Si ellos están determinados a ir
ahí, irán a pesar de todo lo que ustedes hagan o digan. Es mejor no
involucrarse emocionalmente con las personas a quienes ustedes ayudan. La
implicación emocional insta al deseo personal de curar o transformar a otros.
Este deseo personal no ayuda a
otros, en realidad éste puede causar bloqueos en el proceso de sanación.
Siempre que quieran que las personas cambien, no están en un espacio de amor y
tolerancia. Ellos sienten esto. Ustedes pueden pensar que están
(psicológicamente) ‘leyéndolos’ a ellos, ¡pero ellos también son perspicaces
lectores de ustedes!
La etapa cuatro de la transición
desde el ego al corazón, consiste en trascender el nivel del alma y elevarse al
nivel del espíritu. No queremos decir de ningún modo que el alma sea ‘menos que
el espíritu’, por supuesto. La verdad es que: ustedes son más grandes y más
amplios que su alma. El alma es un vehículo para la experiencia. Al
identificarse con el Espíritu en ustedes, con su propia divinidad, todas las
cosas que hayan experimentado en muchos, muchos tiempos de vida, se colocan en
su lugar. Ustedes se elevan sobre las experiencias al no identificarse a
ustedes mismos con ninguna de ellas. Esto tiene un efecto curativo sobre el
alma.
Fuente: Jeshua Channelings
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Fuente: Jeshua Channelings
Autor: Pamela Kribbe
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